El día 21 el Ciberpaís de El País nos mostraba la más cruda realidad laboral española en el sector de la ingeniería y las TI. Bajo el título "Ingenieros Arrepentidos" detallaba la situación del sector en España. Salarios bajos ( 1.70 veces menores que en el resto de Europa ), precariedad laboral: sin planes de carrera, formación, trabajos desmoralizantes...etc; en definitiva un panorama desolador que hace que muchos de ellos, desmoralizados, opten por desarrollar carreras alternativas, otros, en cambio, caen en la pasividad dejando el trabajo como algo automático y en segundo plano y disfrutando de otros placeres de la vida.
En ambos casos el problema es que se está acrecentando el deficit de profesionales y la experiencia desmotivadora de los que ejercen, no ayuda; cada vez menos personas quieran apostar 7 años de su vida a una carta perdedora ( las solicitudes de estudio en Telecomunicaciones e Informática caen el 13% desde 2002 ).
Llegados a este punto de realidad laboral toca hablar del tan manido "cambio de modelo productivo". Ese que tan necesario es, caballero blanco salvador de un país en recesión. Se busca por todos los medios forzar este cambio, crear un modelo productivo diferente. Para ello se van a convocar todas las partes: patronal, sindicatos...etc, se intenta aumentar el gasto en I+D, ...etc Intentos que no mejorarán la situación.
¿ Por qué ? Pues lo estamos viendo reflejado en este artículo que estamos comentando. El cambio del modelo productivo tiene que venir motivado por un cambio radical de mentalidad. La actual dirección empresarial, basada en el beneficio inmediato y cortoplacista, en una gestión absolutamente financiera, es un modelo de crecimiento insostenible. La gestión del conocimiento, la motivación, la simbiosis trabajador empresa ...brillan por su ausencia. Si bien es verdad, que esto que digo, lo dicen también las grandes consultoras, aquellas que aconsejan a las grandes empresas, los modelos de gestión intelectual que desarrollan pecan desde un principio porque no llegan a integrar el ente empresa en uno único, donde todo el mundo se mueva hacia un objetivo común: el crecimiento y desarrollo de la misma.
La realidad es más cruda. La empresa se ha convertido en un reino de taifas donde las luchas de poder están al orden del día. Donde trabajadores y empresa son bandos enemigos que se ven mutuamente como tal. La visión cegadora del bosque del beneficio pierde el horizonte de la empresa y esto origina descontento entre los trabajadores que se ven como entes ninguneados. Este descontento origina poca productividad, poca motivación, poca vinculación con la empresa que a su vez va degradando los resultados de esta...un circulo vicioso difícilmente controlable.
Por si esto fuera poco problema, encima las mal diseñadas políticas de incentivos abonan el terreno de un virús endémico español: la envidia. Esta lacra va torpedeando iniciativas individuales, crea mal ambiente de trabajo y lo que empezó siendo una política de motivación e implicación, se convierte en una justificación continua de objetivos donde lo que prima es el salvarse uno mismo y que arregle el que venga después.
Si hablamos del plano laboral, más de lo mismo. La daga de los beneficios y la rigidez del mercado está minando las empresas de este país. Si bien es verdad que la protección hacia el trabajador es necesaria, y más en un país donde estamos viendo que hay muchas empresas que a la menor de cambio optan por EREs y despidos ( sólo hay que ver la tasa de paro en Alemania con un decrecimiento del PIB mayor que el español en el último trimestre ), habría que buscar mecanismos que hicieran posible una flexibilización del mismo. Un despido mínimo aplicado éticamente ( penalizando fuertemente aquellas empresas que despidan sin causa justificada o por un simple incremento de sus beneficios ) podría sacar de la pasividad a muchos trabajadores acomodados de este país (protegidos por sus altas indemnizaciones ) y hacer posible que otros bastante valiosos pudieran trabajar directamente con la empresa ( persiguiendo ese objetivo de simbiosis empresa-trabajador).
¿ Cuál es la situación actual ? Se llama outsorcing, es decir, subcontrato todo lo posible. Estos trabajadores que no quiero contratar porque son gastos fijos en mi contabilidad, y posible fuente de problemas en despidos futuros, los incorporo como colaboradores de consultoras externas. Estas consultoras asumen los compromisos con el trabajador y las grandes empresas pueden prescindir de ellos cuando quieran, a cambio su coste ( esta vez variable ) es mucho mayor. Lo que en la teoría puede resultar interesante en la práctica esta provocando graves problemas, que están originando una precarización laboral dentro de este sector laboral especializado que estamos comentando.
Alrededor de las grandes multinacionales de este país, han crecido como setas empresas de subcontratación, oficialmente llamadas consultoras, que "venden" mano de obra cualificada a las primeras. Mano de obra que muchas veces se traduce en personas recién licenciadas, con poca experiencia y sueldos precarios. Personas que son asignadas a proyectos donde se encuentran perdidos, sin apoyo de estas supuestas consultoras, que sólo se limitan a ser meros intermediarios de la transacción comercial, procurando los mínimos cuidados posibles al trabajador.Eso sí, la empresa receptora del servicio cree que está recibiendo un profesional experto, algunas veces si, otras dista mucho la realidad de lo firmado en el papel.
Esta precariedad laboral origina una alta rotación de profesionales y por consiguiente la perdida del valioso conocimiento de la compañía para la que trabajan. Esto que tan importante es para el cliente, no se le presta atención por parte de la empresa colaboradora. Ella vive del : " le pago poco y si se va ya vendrá otro ". En qué se traduce esto, la empresa receptora del servicio se ve obligada a disponer de más mano de obra falsamente más barata que se caracteriza por su poca implicación, hastío continuo, falta de horizonte profesional...etc, que hace que la calidad decaiga y se pierda esa tan buscada espontaneidad creativa del trabajador motivado/implicado.
El problema no radica sólo en estos profesionales "colaboradores", también radica en el personal propio (es decir el personal en nómina de la empresa, ese que tiene asegurados sus derechos, normalmente, aunque parezca mentira mejor pagado que el consultor externo ) que se acomoda a su ejercito de colaboradores, a los que se limita a controlar porque además tampoco dispone de tiempo para hacer otra cosa, el personal decrece y el trabajo se multiplica. Al final para cumplir objetivos y tiempo tiene que delegar, delegar el conocimiento fuera de la empresa. Con el tiempo estas personas propias, igualmente desmotivadas y con una carrera profesional también dudosa, aunque en una situación un poco mejor, adquieren el rol funcionarial y se limitan a realizar su trabajo sin más implicaciones en la empresa ( la pasividad que antes comentábamos ). Además, ven como se mueve el mercado a su alrededor y tampoco les convence la idea del cambio.
También destacar un problema adicional, esta mezcla de trabajadores propios de la empresa con trabajadores externos, de varias consultoras, hace que se cree un clima de trabajo enrrarecido ya que subsconcientemente se produce una clasificación en trabajadores de primera y trabajadores de segunda, que va oradando poco a poco el compañerismo y la compenetración, imposibilitando la creación de buenos equipos de profesionales cohesionados.
Por unos o por otros, el resultado es el mismo : desmotivación, perdida de conocimiento, incapacidad de gestión del capital humano y en definitiva incremento de las horas laborales, poca productividad y lo que es más importante poca creatividad. Mientras el barco en la bodega hace aguas por todos lados, los directivos ( perdidos en el bosque de los beneficios ) siguen maniobrando el barco en la misma dirección convencidos de su buen hacer. Buen hacer porque se limitan a quedarse en la cubierta. Sólo les importa que el barco funciona ( da beneficios ) pero no ven los miles de agujeros que están dejando entrar las gotas que hundirán la nave.
Por tanto, la solución a este problema tan arraigado es complicada y necesita de un esfuerzo por parte de todos los implicados, abandonando la dirección empresarial exclusivamente financiera orientada al beneficio y construyendo los cimientos de empresas SOSTENIBLES, que gestionen adecuadamente el conocimiento y capital humano, formadas por personas responsables y motivadas que puedan aportar su granito de arena a la consecución del objetivo.
La empresa ideal abandonaría el abuso actual de la subcontratación, apostaría por la gestión del conocimiento y el capital humano, haria posible una relación más cercana entre todos los trabajadores de la empresa lo que implicaría un mayor acercamientos de las cúpulas de dirección a las bases, sería más horizontal eliminando la cadena de obtención de objetivos que únicamente fomentan la envidia abogando por unos incentivos basados en la participación y la implicación con la empresa ( entendiendose como implicación el fomento de la creatividad no las eternas horas de trabajo, se puede ser más productivo en una hora que en una jornada de 8), conciliría familiartmente ( un trabajador contento es un trabajador productivo ), en definitiva un modelo más razonable y humano.
Aún así, también esta siendo positiva la situación actual; positiva para las personas inquietas y valiosas ya que están abandonando este sistema insostenible abogando por emprender y desarrollar nuevos proyectos y que son los que verdaderamente crearán un tejido productivo sotenible. Los perjudicados, a la larga, serán todas esas empresas que no han sabido adaptarse y que han dejado escapar el valioso capital humano en aras de mano de obra barata que sólo les servirá para ir sosteniendo, con gran esfuerzo, un barco que se hunde.
En ambos casos el problema es que se está acrecentando el deficit de profesionales y la experiencia desmotivadora de los que ejercen, no ayuda; cada vez menos personas quieran apostar 7 años de su vida a una carta perdedora ( las solicitudes de estudio en Telecomunicaciones e Informática caen el 13% desde 2002 ).
Llegados a este punto de realidad laboral toca hablar del tan manido "cambio de modelo productivo". Ese que tan necesario es, caballero blanco salvador de un país en recesión. Se busca por todos los medios forzar este cambio, crear un modelo productivo diferente. Para ello se van a convocar todas las partes: patronal, sindicatos...etc, se intenta aumentar el gasto en I+D, ...etc Intentos que no mejorarán la situación.
¿ Por qué ? Pues lo estamos viendo reflejado en este artículo que estamos comentando. El cambio del modelo productivo tiene que venir motivado por un cambio radical de mentalidad. La actual dirección empresarial, basada en el beneficio inmediato y cortoplacista, en una gestión absolutamente financiera, es un modelo de crecimiento insostenible. La gestión del conocimiento, la motivación, la simbiosis trabajador empresa ...brillan por su ausencia. Si bien es verdad, que esto que digo, lo dicen también las grandes consultoras, aquellas que aconsejan a las grandes empresas, los modelos de gestión intelectual que desarrollan pecan desde un principio porque no llegan a integrar el ente empresa en uno único, donde todo el mundo se mueva hacia un objetivo común: el crecimiento y desarrollo de la misma.
La realidad es más cruda. La empresa se ha convertido en un reino de taifas donde las luchas de poder están al orden del día. Donde trabajadores y empresa son bandos enemigos que se ven mutuamente como tal. La visión cegadora del bosque del beneficio pierde el horizonte de la empresa y esto origina descontento entre los trabajadores que se ven como entes ninguneados. Este descontento origina poca productividad, poca motivación, poca vinculación con la empresa que a su vez va degradando los resultados de esta...un circulo vicioso difícilmente controlable.
Por si esto fuera poco problema, encima las mal diseñadas políticas de incentivos abonan el terreno de un virús endémico español: la envidia. Esta lacra va torpedeando iniciativas individuales, crea mal ambiente de trabajo y lo que empezó siendo una política de motivación e implicación, se convierte en una justificación continua de objetivos donde lo que prima es el salvarse uno mismo y que arregle el que venga después.
Si hablamos del plano laboral, más de lo mismo. La daga de los beneficios y la rigidez del mercado está minando las empresas de este país. Si bien es verdad que la protección hacia el trabajador es necesaria, y más en un país donde estamos viendo que hay muchas empresas que a la menor de cambio optan por EREs y despidos ( sólo hay que ver la tasa de paro en Alemania con un decrecimiento del PIB mayor que el español en el último trimestre ), habría que buscar mecanismos que hicieran posible una flexibilización del mismo. Un despido mínimo aplicado éticamente ( penalizando fuertemente aquellas empresas que despidan sin causa justificada o por un simple incremento de sus beneficios ) podría sacar de la pasividad a muchos trabajadores acomodados de este país (protegidos por sus altas indemnizaciones ) y hacer posible que otros bastante valiosos pudieran trabajar directamente con la empresa ( persiguiendo ese objetivo de simbiosis empresa-trabajador).
¿ Cuál es la situación actual ? Se llama outsorcing, es decir, subcontrato todo lo posible. Estos trabajadores que no quiero contratar porque son gastos fijos en mi contabilidad, y posible fuente de problemas en despidos futuros, los incorporo como colaboradores de consultoras externas. Estas consultoras asumen los compromisos con el trabajador y las grandes empresas pueden prescindir de ellos cuando quieran, a cambio su coste ( esta vez variable ) es mucho mayor. Lo que en la teoría puede resultar interesante en la práctica esta provocando graves problemas, que están originando una precarización laboral dentro de este sector laboral especializado que estamos comentando.
Alrededor de las grandes multinacionales de este país, han crecido como setas empresas de subcontratación, oficialmente llamadas consultoras, que "venden" mano de obra cualificada a las primeras. Mano de obra que muchas veces se traduce en personas recién licenciadas, con poca experiencia y sueldos precarios. Personas que son asignadas a proyectos donde se encuentran perdidos, sin apoyo de estas supuestas consultoras, que sólo se limitan a ser meros intermediarios de la transacción comercial, procurando los mínimos cuidados posibles al trabajador.Eso sí, la empresa receptora del servicio cree que está recibiendo un profesional experto, algunas veces si, otras dista mucho la realidad de lo firmado en el papel.
Esta precariedad laboral origina una alta rotación de profesionales y por consiguiente la perdida del valioso conocimiento de la compañía para la que trabajan. Esto que tan importante es para el cliente, no se le presta atención por parte de la empresa colaboradora. Ella vive del : " le pago poco y si se va ya vendrá otro ". En qué se traduce esto, la empresa receptora del servicio se ve obligada a disponer de más mano de obra falsamente más barata que se caracteriza por su poca implicación, hastío continuo, falta de horizonte profesional...etc, que hace que la calidad decaiga y se pierda esa tan buscada espontaneidad creativa del trabajador motivado/implicado.
El problema no radica sólo en estos profesionales "colaboradores", también radica en el personal propio (es decir el personal en nómina de la empresa, ese que tiene asegurados sus derechos, normalmente, aunque parezca mentira mejor pagado que el consultor externo ) que se acomoda a su ejercito de colaboradores, a los que se limita a controlar porque además tampoco dispone de tiempo para hacer otra cosa, el personal decrece y el trabajo se multiplica. Al final para cumplir objetivos y tiempo tiene que delegar, delegar el conocimiento fuera de la empresa. Con el tiempo estas personas propias, igualmente desmotivadas y con una carrera profesional también dudosa, aunque en una situación un poco mejor, adquieren el rol funcionarial y se limitan a realizar su trabajo sin más implicaciones en la empresa ( la pasividad que antes comentábamos ). Además, ven como se mueve el mercado a su alrededor y tampoco les convence la idea del cambio.
También destacar un problema adicional, esta mezcla de trabajadores propios de la empresa con trabajadores externos, de varias consultoras, hace que se cree un clima de trabajo enrrarecido ya que subsconcientemente se produce una clasificación en trabajadores de primera y trabajadores de segunda, que va oradando poco a poco el compañerismo y la compenetración, imposibilitando la creación de buenos equipos de profesionales cohesionados.
Por unos o por otros, el resultado es el mismo : desmotivación, perdida de conocimiento, incapacidad de gestión del capital humano y en definitiva incremento de las horas laborales, poca productividad y lo que es más importante poca creatividad. Mientras el barco en la bodega hace aguas por todos lados, los directivos ( perdidos en el bosque de los beneficios ) siguen maniobrando el barco en la misma dirección convencidos de su buen hacer. Buen hacer porque se limitan a quedarse en la cubierta. Sólo les importa que el barco funciona ( da beneficios ) pero no ven los miles de agujeros que están dejando entrar las gotas que hundirán la nave.
Por tanto, la solución a este problema tan arraigado es complicada y necesita de un esfuerzo por parte de todos los implicados, abandonando la dirección empresarial exclusivamente financiera orientada al beneficio y construyendo los cimientos de empresas SOSTENIBLES, que gestionen adecuadamente el conocimiento y capital humano, formadas por personas responsables y motivadas que puedan aportar su granito de arena a la consecución del objetivo.
La empresa ideal abandonaría el abuso actual de la subcontratación, apostaría por la gestión del conocimiento y el capital humano, haria posible una relación más cercana entre todos los trabajadores de la empresa lo que implicaría un mayor acercamientos de las cúpulas de dirección a las bases, sería más horizontal eliminando la cadena de obtención de objetivos que únicamente fomentan la envidia abogando por unos incentivos basados en la participación y la implicación con la empresa ( entendiendose como implicación el fomento de la creatividad no las eternas horas de trabajo, se puede ser más productivo en una hora que en una jornada de 8), conciliría familiartmente ( un trabajador contento es un trabajador productivo ), en definitiva un modelo más razonable y humano.
Aún así, también esta siendo positiva la situación actual; positiva para las personas inquietas y valiosas ya que están abandonando este sistema insostenible abogando por emprender y desarrollar nuevos proyectos y que son los que verdaderamente crearán un tejido productivo sotenible. Los perjudicados, a la larga, serán todas esas empresas que no han sabido adaptarse y que han dejado escapar el valioso capital humano en aras de mano de obra barata que sólo les servirá para ir sosteniendo, con gran esfuerzo, un barco que se hunde.